Te quiero platicar una historia, hace tiempo que estoy aprendiendo a desarrollar negocios, en algún momento me propuse convertirme en un emprendedor, así fue como me di cuenta que dentro de todo lo que tenía que aprender, había un tema muy importante: liderazgo.
Según Wikipedia: “El liderazgo es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas o en un grupo de trabajo determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo hacia el logro de sus metas y objetivos”
Así fue como empecé a estudiar de superación personal, debido a que, en todo tipo de negocio, uno tiene que aprender a dirigir a personas, sean colaboradores, empleados, proveedores, así como tratar con clientes.
Al estudiar a los grandes líderes de la historia, hay uno que sobresale, Jesucristo.
También en este aprendizaje entendí de algo conocido, que el ser humano se compone de 3 áreas: el área física (cuerpo), el área mental (sentimientos, emociones, voluntad) y el área espiritual (el área profunda del ser humano, el corazón)
Entendí que aprender y entender sobre las enseñanzas de Jesucristo, uno debe estudiar en un nivel espiritual.
Uno normalmente estudia con el intelecto, con la mente; así nos enseñan en la escuela, el detalle es que, para poder estudiar la Biblia, uno debe hacerlo en otro nivel más profundo, percibir las cosas que no se ven, utilizar la intuición, el ingenio, la inspiración, la revelación, la iluminación, todos términos con mayor profundidad.
Así fue como entendí que, para poder crear un negocio, uno debe definir el tipo de servicio que puede ofrecer a un determinado número de personas.
Un negocio, es una forma de dar algo valioso a una persona (solucionar una necesidad) y debido a eso, uno obtiene una retribución por el servicio prestado.
O sea, primero das y luego recibes.
Hay que dar con amor, con vocación, desinteresadamente, como si estuvieras dando ese servicio a un ser amado, por ejemplo, a tu mamá.
Cuando uno aprende a dar, con pasión, con entusiasmo, el beneficio viene como consecuencia.
“Primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás viene por añadidura”.
Vender, viene de una raíz antigua que significa servir.
O sea, cuando uno pone un negocio, lo que debe hacer, es aprender a servir.
Dar el mejor servicio posible. (Eso significa un servicio de calidad)
“Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”
Con eso suceden 2 cosas importantes:
1) La persona que compra, regresa a comprar nuevamente.
2) El cliente satisfecho, recomienda a otros que compren en ese lugar.
Eso es lo único que se necesita para que las ventas se incrementen con el tiempo, uno ya no tiene que dedicarle mucho tiempo a prospectar y vender, ahora lo que uno tiene que hacer es lograr satisfacer la demanda con la mejor calidad posible y siempre pensando en lo que todo cliente quiere de un producto o servicio.
Que sea: “Bueno, bonito y barato”
Una buena calidad, un buen servicio y un precio justo.
Y ya cuando vas avanzando en tu negocio, te vas dando cuenta que lo más importante es aprender las enseñanzas de Jesucristo, porque al final, uno entiende lo que Él dijo:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie puede llegar al Padre, si no es por mi”
¡Grandioso!
Y así es como logras tener un negocio con un propósito.
¡Llevar buenas noticias!
Ayudar a que las personas logren prosperidad y abundancia para que puedan ser de bendición en donde se encuentran.
Prosperidad y abundancia se refiere en todas las áreas de tu vida:
Abundante salud, abundancia en buenas relaciones, tener una familia en armonía, abundancia en amor, abundancia en satisfacer las necesidades básicas, alimentación, vestido, vivienda, y puede ser también tener abundancia en recursos financieros para poder ser de bendición a otros.
Pase lo que pase, siempre tenemos que agradecer a Dios por todas sus enseñanzas, bendiciones, correcciones, y todo lo que nos suceda en la vida.
Al final de cuentas, como dice, Romanos 8:28
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que a su propósito son llamados”
Por eso tenemos que buscar nuestro propósito según para lo Dios nos creó.
Emprender significa encontrar nuestros dones, nuestros talentos, nuestra vocación para servir a los demás.
Te invito a que reflexiones y si quieres todas las maravillas que Dios nuestro Padre nos da, sigue adelante y comunícate con nosotros para explicarte de manera personal, y atenderte como te mereces.
¡Hasta pronto!
Doy gracias a Dios por habernos guiado hasta este punto…
Tu amigo y servidor
Jorge Bolaños
“Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos. Y yo le pediré a Dios el Padre que les envíe al Espíritu Santo, para que siempre los ayude y siempre esté con ustedes. Él les enseñará lo que es la verdad”
Juan 14:15-31 (TLA)